Villares y diez más.

Los de Idiakez se veían las caras con el filial del Barça en un partido que iba y va a dejar noticias, pasase lo que pasase, en el Deportivo.

Un Imanol que venía de varias jornadas de crisis resultadista y futbolística, hoy, en teoría, se jugaba su puesto en tierras blaugranas. Y ha ganado.

El conjunto herculino salió decidido los primeros cinco minutos, buscando balones largos y generando ocasiones, como la primera de Villares en un mano a mano frente a Marc Vidal, que, más tarde, a la media hora de partido, no pudo evitar el empate. 

El gol que igualó el encuentro fue un espejismo deportivista. Ni fue merecido ni buscado colectivamente, solo por el que lo marca, que es quien presiona, recupera y anota. Hasta el momento el Barcelona estaba dominando el partido, teniendo la posesión del balón y jugando de manera ligera y veloz. Panorama que cambió los últimos minutos de la primera parte, donde el Depor logró estacionarse en campo rival.

Por ese mismo camino siguió el grupo en la segunda mitad. Jugaron, generaron, concedieron, pero quisieron y como querían ganar, ganaron. La actitud es la que es y hoy ha habido actitud en el verde. Se ha ganado por méritos propios: querer hacerlo. Sin jugar de manera brillante y sin ser el Barça de Pep.

La noticia que parece que nos deja esta victoria con gol de Davo “cuando no había tiempo ni para respirar” como dijo aquel, es que el conjunto coruñés suma 22 puntos, se coloca en la novena posición e Idiakez sigue. Una semana, dos o tres más, pero sigue, y Jémez, Oltra o quién esté a la espera tendrá que seguir esperando a que llegue su turno.