Grave no, gravísimo.
9 NOVIEMBRE, 2023
Un nuevo ridículo del Depor, esta vez en Irún, deja al equipo en decimosegundo puesto, con cuatro puntos sobre el descenso y a siete del liderato. Es bastante grave la situación, y no por el partido o la posición, que también, sino porque cuando los deportivistas hablan sobre la situación clasificatoria, muchos dicen “estamos a cuatro del descenso” y no “a siete del líder”. Ahí es cuando te das cuenta de la gravedad del asunto.
Catorce puntos de treinta y tres posibles, más cerca del descenso que de PlayOff, juego horrible, cobarde y vago. Un equipo que lucha por ascender, que tiene a treinta mil socios detrás, que tiene siete títulos en sus vitrinas se pasea por campos de tercera categoría española. Es agotador hablar otra vez de lo mismo pero es así. Es lo que hay, un año más.
La propiedad, como se le llama ahora, provocó un terremoto en verano, en el que despidió a directiva, presidente y con ellos el actual entrenador en aquel momento: De la Barrera.
En dos años de presidencia del Sr. Couceiro, no hubo señales de vida, no concedía ruedas de prensa, no le hablaba al aficionado; el club no tenía ni cercanía ni transparencia. Cuando se anuncia al nuevo presidente y sus consejeros en la junta de accionistas, el folio de presentación que lee Álvaro García Diéguez comunica que en esta nueva etapa habrá más transparencia pero por el mismo camino vamos, porque desde ese día, solo se ve en fotos de actos. No ha hablado después del cierre de mercado. No ha hablado en la previa del inicio de temporada. No habla nunca. En el Deportivo, “la propiedad” sólo impone presidentes marionetas, los cuales no actúan como tal, y cuando lo hacen, no lo hacen ellos, lo hace un folio.
El entrenador, en este caso, a cambio de otros, ha probado cosas distintas cuando los partidos no obtenían los resultados esperados. En estos últimos partidos, sobre todo en el de Irún, se ha visto claramente quiénes son los culpables: muchos de los jugadores que se ficharon en verano pintándose como ‘Messis’ e ‘Iniestas’ y no permitiendo a otros de la casa hacer su trabajo. Mientras los de Abegondo ganaban 3-0 al Covadonga, el primer equipo sufría en Copa para empatar. Mientras el primer equipo hace el ridículo y se pasea por campos de tercera, los de Abegondo comen pipas en el banquillo.
Si tan valiente fue el Sr. Escotet en verano haciendo cambios sin sentido, que lo sea ahora que sí lo tienen. Los empleados que no cumplan, a la calle y paso a los jóvenes. Así funcionan las empresas y así es como Escotet denomina al club.
El tiempo se agota y esto es más grave de los que parece. Hay que actuar.